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jueves, 7 de enero de 2016

P.N. Cajas, Guayaquil, Fin de Año en la costa y Circuito Quilotoa


En la mañana del día de Navidad un corto desplazamiento no exento de emociones en forma de puentes nos lleva hasta la laguna Llaviucu en el P.N. Cajas, en donde pasamos el día paseando alrededor del lago y sobrevolándolo con el dron. Allí mismo una tranquila noche nos preparó para la subida hacia las otras lagunas del parque (a más de 4000 m)en el camino hacia Guayaquil. Aunque el tiempo estaba malo pudimos ver bonitas vistas del parque.
A media tarde estábamos en Guayaquil con el camión situado en un parking muy céntrico pero un poco cochambroso.
El resto de la tarde lo pasamos paseando por el Malecón, un bonito y cuidado paseo al borde del río Guayas.
La mañana siguiente realizamos una rápida visita de la ciudad, que por otra parte presenta un interés bastante limitado. Dado que tras una rápida comida se había agotado el programa (hicimos el recorrido con nuestros patinetes) decidimos marchar de allí buscando más fresco y menos ruido y suciedad, por lo que arrancamos con dirección a la costa.
No habríamos rodado más de 20 ó 25 km cuando Pilar vio un camión en una especie de camping al lado de la autopista y decidimos entrar. Se trataba de una instalación agradable en la que encontramos  a Celine y Bob, una pareja de franceses con sus dos perros enormes y un Scania realmente impresionante. Enseguida se estableció una buena relación que nos llevó a acordar continuar juntos durante algún tiempo, sobre todo para la celebración del Fin de Año.
De esa manera recorrimos algunos kilómetros junto al mar acampando en playas desiertas hasta llegar a Montañita, un pueblo muy turístico, lleno de surfistas y que prometía algo de animación para la noche del 31.
Encontramos un hotelito propiedad de dos chicas uruguayas que nos permitieron acampar en su enorme terreno y en el restaurante del hotel cenamos la última noche del año.
Luego fuimos a esperar la medianoche a la playa que estaba llena de gente con tablas de surf, cohetes, globos de aire caliente, música y mucha animación.
Continuamos nuestro viaje por la costa, haciendo varios campamentos en playas para luego, tras una visita al pueblo de Montecristi que según parece es de donde son originarios los sombreros Panamá (imposibles de comprar a causa del precio) continuamos viaje hacia la sierra.
Una noche para olvidar en una gasolinera de Quevedo y siempre subiendo llegamos al pueblo de Zumbahua en donde comienza la carretera que recorre el llamado circuito Quilotoa que, además de pasar por la espectacular laguna del mismo nombre situada en el cráter de un volcán a 3500 m de altitud, recorre la sierra atravesando impresionantes valles, ríos y agradables aldeas de montaña.

Hicimos noche en una de ellas de la que ni siquiera pudimos averiguar su nombre y llegamos a Baños a media tarde del día siguiente.


Preparando la cena de Nochebuena. Este año en el camión.




Entrando en el P.N. Cajas.


Laguna Llaviucu






Lagos en la parte alta del P.N. Cajas



Guayaquil

Fin de Año en la playa de Montañita.



La costa de Ecuador.

Laguna Quilotoa en el cráter de un volcán.



En el camino del circuito Quilotoa.



jueves, 24 de diciembre de 2015

La llegada a Ecuador


Una noche en Jaén y arrancamos hacia la frontera. Los frenos del camión comenzaron a dar síntomas de fatiga y llegábamos a la zona fronteriza a primera hora de la tarde. Decidimos quedar a dormir en el último pueblo peruano llamado Namballe. De allí arrancamos al día siguiente a primera hora de la tarde, pasamos la frontera de salida de Perú tras esperar al funcionario impuntual tan típico de estas latitudes y entramos en Ecuador. La aduana ecuatoriana, si bien muy cortés y hasta simpática, se encontró con un gran problema para hacer los papeles del camión. Tuvieron que llamar por teléfono a algún centro más importante. El aparato estaba pegado con cinta adhesiva sobre un archivador porque si lo movían de allí se cortaba la línea. El policía encargado de hacer los trámites se tenía que subir de pie en una silla para hacer las llamadas…  En fin, que se hizo tan tarde que tuvimos que pasar allí la noche. Fue tranquila y como a última hora del día nos entregaron los documentos necesarios para rodar en Ecuador, a primera hora de la mañana y bajo una pertinaz lluvia emprendimos la marcha. Lo que en Perú había sido una sorprendente carretera en perfecto estado, se convirtió en una embarrada pista que, aunque no presentaba mal piso, la estrechez, el nada despreciable tráfico y las pendientes casi inverosímiles la hicieron incómoda sobre todo por el mal estado de los frenos.
 Tras unos 40 Km de este terreno, pasamos la localidad de Zumba y la vía se convirtió en una espléndida carretera de hormigón aunque siguió siendo un subir y bajar constante de importantes pendientes. Poco después de comer en un bonito lugar con la meteorología en franca mejoría llegamos a Vilcabamba estableciéndonos en el parking de un hotel perfectamente acondicionado para overlanders y allí permanecimos dos noches.
Reanudada la marcha, entramos en el P.N. Podocarpus. Su nombre se debe a la presencia de una conífera autóctona que puebla una parte del parque. Este está dividido en dos sectores: una zona alta a la que acabábamos de llegar, en torno a los 3.000 metros de altitud y otra zona a la que iríamos después, de ambiente tropical y mucho más baja.
En el aparcamiento de la casa de los guardas pasamos dos noches aprovechando el día intermedio para hacer alguno de los bonitos recorridos planificados. El lugar fue genial pues además de una enorme tranquilidad y silencio, disfrutamos de wifi y agua potable todo gratis.
Arrancamos en una mañana de mal tiempo hacia Loja para intentar reparar allí los frenos. Al llegar preguntamos a un camionero con un tráiler cisterna y se ofreció a guiarnos hasta un taller con su camión. El taller no se puede describir. En un barrizal a la intemperie, lloviendo y a la larga los mecánicos bastante chapuceros. Allí conseguimos que nos pusieran nuevos los forros de las zapatas, pero el freno no mejoró mucho.
Dado que acabaron de noche, nos quedamos a dormir allí mismo y por la mañana arrancamos con destino a Zamora para visitar la otra zona del P.N. A pesar del mal y tiempo pudimos admirar la belleza del paisaje durante todo el camino. Acampamos en un precioso lugar a la entrada del Parque e invertimos el resto de la jornada y la siguiente en agradables paseos visitando las cascadas y el río Bombuscaro rodeados en todo momento de cientos de mariposas de todos los tamaños, formas y colores, de escurridizos colibríes, paseando a través de senderos bordeados por innumerables clases de orquídeas, aunque no era la época de floración de muchas de ellas.
De nuevo en ruta, hicimos otra etapa en Saraguro. Un pueblo que alberga una etnia algo peculiar. Son los Saraguro y son oriundos de la ribera del lago Titicaca en Perú y fueron reubicados por los incas y su política de colonización. Todos los hombres visten pantalones cortados por debajo de la rodilla y un sombrero negro y las mujeres también se identifican por su vestimenta más próxima a lo visto en Perú que a lo más común en Ecuador.
Media jornada más y llegamos a Cuenca en donde nos dirigimos directamente al servicio oficial Man para intentar solucionar el problema de frenos. Hicieron un intento que no resultó y como era viernes y el lunes ya lo tenían ocupado, nos citaron para la mañana del martes.
Nos instalamos en un agradable campamento cerca del centro de la ciudad y aprovechamos los días para visitarla.
Es una bonita ciudad, cuyo centro colonial figura en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
El miércoles a la hora de comer el problema de los frenos estaba resuelto, al menos en la parte que se pudo hacer sin utilizar piezas de recambio de las que no disponían y ante la proximidad de la Nochebuena y con la perspectiva de conocer la fiesta tradicional que allí se celebra en la mañana del 24 de Diciembre y que se llama “El niño viajero”, volvimos al campamento en el que ya habíamos estado y participamos en la fiesta mencionada. Se trata de la llegada anual a Cuenca de una imagen del Niño Jesús que viaja durante todo el año por todo el país y es recibida el día de Nochebuena por la población ataviada con trajes típicos o disfraces de pastores, Vírgenes, Reyes Magos, etc. y que a todas luces es también un pretexto gastronómico.

                                          Colocamos la bandera de Ecuador al entrar


 Bonitos paisajes al llegar a Ecuador


Flores, mariposas, paisaje. Precioso el P.N. Podocarpus






 La ciudad de Loja vista desde las alturas del                                                                                            Parque

Un bonito campamento a la orilla del río Bombuscaro

















  Saraguro y sus peculiares vestimentas


Cuenca


 La catedral vieja conocida como El Sagrario

  Mercado de las flores

 Cúpulas de la catedral

 Paseo en patinete por las orillas del río                                                                                                      Tomebamba

Casas colgadas de Cuenca. De Ecuador, claro