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Acabamos de estrenar nueva Web con mejoras de presentación y accesibilidad. A partir de ahora nuestro Blog se publicará en un nueva plataforma y será accesible desde la Web junto con muchas más cosas: "LINDOS", la nueva sección con lugares muy especiales que hemos visitado, acceso a los tracks para GPS de nuestros recorridos, una galería de imágenes, etc.
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sábado, 22 de marzo de 2014

22.-Arequipa y cañón del Colca. Final de la primera fase en Arica.


Nuestros planes de ir hasta Arequipa sin atravesar Cuzco se vieron frustrados a causa de que la información obtenida de la policía de tráfico decía que la ruta elegida era poco menos que inviable. Con la preocupación que nos producía atravesar Cuzco, con un centro imposible para el camión, ausencia total de cualquier tipo de señalización y las calles trialeras (no es exageración y al que lo piense así le sugiero que atraviese la llamada "vía expresa") entramos en la ciudad detrás de un trailer al que decidimos seguir. Tras él llegamos a la mencionada vía expresa que conseguimos superar sin roturas mecánicas. A partir de allí ya conocíamos el camino para tomar la ruta de Juliaca de la que deberíamos desviarnos a unos 70Km para tomar la carretera de Arequipa.
Ésta comenzó muy bien, con buen asfalto... que duró 15 km. A partir de allí luces y sombras.
Pasamos la noche a la orilla del lago Longui a 3.900 m y 2 grados y por la mañana retomamos el camino que fue muy duro. ¡Y éste era el bueno!
A media tarde llegamos a Arequipa y sin dificultad encontramos el Hotel de las Mercedes que se menciona en el foro Lelienamsud. Muy agradable y casi en el centro.
En Arequipa comenzamos la visita con el museo en el que se exhibe a Juanita, la momia de la niña inca encontrada hace poco en el Nevado Ampato. Juanita estaba ausente por labores de mantenimiento y en su lugar estaba Sarita, algo peor conservada pero así mismo muy interesante como todo lo que rodea a estos hallazgos de niñas sacrificadas para aplacar la ira de los Apu o dioses de la montaña. Sacrificadas de una manera absolutamente salvaje: les asestaban un golpe con una maza ritual en el arco supraciliar y desde su nacimiento eran destinadas y preparadas para ser ofrecidas en sacrificio.
Un paseo nos llevó a visitar la iglesia y los claustros de la Compañía de Jesús y la preciosa plaza de Armas con la catedral, para terminar con una comilona en la que saboreamos el típico chupe de camarones y un ceviche de pescado que estaban buenísimos y son típicamente peruanos.
La mañana siguiente la dedicamos íntegramente al convento de Santa Catalina. Más que un convento se trata de una verdadera ciudadela en la que las monjas, según llegaban al convento se construían su propio apartamento con salita, capilla, cocina con su horno, etc. Esto ha dado lugar a una ciudad dentro de la ciudad con calles de nombre tan español como Sevilla, Granada, Córdoba o Toledo, sin olvidar la bonita plaza Zocodover homónima de la plaza mayor de la capital toledana. Francamente muy bonito e interesante, además de perfectamente acondicionado y mantenido con la colaboración de Cooperación Española que en Perú si funciona y no como en Bolivia en donde fueron invitados a abandonar lo que estaban haciendo seguramente porque en España somos más amigos de los imperialistas yanquis que de los bolivarianos ejemplares que gobiernan (o eso dicen) Venezuela y que son íntimos de Evo Morales y su desgobierno.
Terminamos con una ronda por otras tres iglesias que presentaban también interés.
Al día siguiente salimos con destino al cañón del Colca, pero un monumental atasco a la salida de Arequipa junto con bastantes kilómetros bajo una intensa niebla nos decidieron a pasar la noche en Chivay, en la plaza de Armas con el beneplácito de la policía.
Reanudada la marcha visitamos varios pueblecitos del cañón como Yanque, todos con interesantes iglesias coloniales y los inevitables mercadillos de artesanía. La carretera asfaltada duró 8 km y luego se convirtió en una mala pista destrozada por el agua que desciende por las paredes del cañón. A la hora de comer estábamos con el camión perfectamente situado en el aparcamiento del mirador Cruz del Cóndor en un escenario realmente espectacular.
Pasamos la tarde recorriendo el lugar y contemplando algún cóndor que sobrevolaba una y otra vez la zona hasta que la lluvia y la noche nos obligaron a refugiarnos en casa.
Nada hacía presagiar un buen día tras una noche muy fría en la que la  lluvia y  la nieve no dejó de caer, pero a las siete de la mañana brillaba un fantástico sol y... El cóndor de los Andes despegó y bajó al río azul para bebeeeeer...

Decenas de estas enormes aves sobrevolaban el cañón dando pasadas sobre nuestras cabezas con un fondo de enormes picos nevados. Algo inolvidable. Pasamos buena parte de la mañana allí disfrutando del espectáculo para arrancar de nuevo con la intención de hacer el camino de retorno por el otro lado del Nevado Ampato que habíamos mantenido siempre a nuestra izquierda. Con algunas dudas sobre el estado del recorrido comenzamos rodando sobre 10 km de buen asfalto hasta la localidad de Cabanaconde en donde el pavimento dio paso a una buena pista que tras tres pasos a gran altura (4.600 m) y sus correspondientes descensos vertiginosos hasta los valles, se convirtió en una muestra de todos los tipos de "tôle ondulée" posibles. En total de los 165 km que recorrimos desde el mirador hasta encontrar la carretera Panamericana fueron 10 asfaltados, unos 80 de buena pista y 75 de pista muy mala, pero el recorrido atraviesa paisajes de tal belleza que hubiera merecido la pena aunque el balance hubiera sido mucho peor. Una tranquila noche, ya en pleno desierto, a pocos kilómetros del cruce con la Panamericana nos preparó para el recorrido de la siguiente jornada hasta Tacna ya casi en la frontera con Chile a donde llegamos a media mañana del día siguiente tras pasar la frontera sin problemas e instalarnos en el Club de Yates de Arica a la espera de la llegada de nuestros amigos, en donde nos permitieron acampar con derecho a agua y wifi, todo ello gratis.



En Arequipa. Catedral, Plaza de Armas y una buena comida en los soportales de la plaza.
















Calles e interiores de las celdas del Monasterio de Santa Catalina.







Yanque, en el cañón del Colca.


De charla con una lugareña en el Mirador Cruz del Cóndor.






Magnífico espectáculo de aves, montañas y cañón desde el Mirador Cruz del Cóndor (3.700 m de altura)



Una vista del Nevado Ampato desde la pista por la que descendimos.
Preciosos paisajes desde la pista durante todo el descenso.















Atravesando el desierto hacia Tacna y Arica.










 La catedral de Arica. Una obra de Eiffel con estructura metálica, claro.



Pasamos los días de espera de nuestro vuelo paseando por Arica, acampados en el Club Náutico y rodeados de aves marinas: pelícanos, gaviotas y una impresionante colonia de lo que creemos que eran cormoranes.













viernes, 14 de marzo de 2014

21.-Cuzco y Valle Sagrado de los Incas. Machu Picchu.


Llegamos al que sin duda era uno de los grandes objetivos del viaje. De hecho, después de las modificaciones del recorrido planificadas a raíz de los acontecimientos esperados en nuestra casa, y con objeto de que nuestra vuelta a España se produjera con el mejor regusto posible, planificamos terminar esta primera etapa con la visita de Cuzco, el Valle Sagrado y Machu Picchu.
Una vez instalados en el camping Quinta Lala, muy bien situado aunque algo precario, y conocido todo lo que de imprescindible tiene Cuzco y sus alrededores trazamos el plan de visita. Dedicaríamos la primera mañana a Saqsayhuaman, la tarde a una primera visita de la ciudad y después una mañana de paseo con comida en un restaurante de la plaza de Armas y a la búsqueda de posibilidades para la visita del Valle Sagrado y Machu Picchu.
 La tarde de ese mismo día y la mañana del siguiente las dedicaríamos al mantenimiento tanto del vehículo como de limpieza, ropa, etc.  y en la tarde de nuevo a vagabundear por el centro y concretar  el tour  citado.
Saqsayhuaman: Se me ocurren muchos adjetivos para calificar este parque arqueológico: impresionante, magnífico, colosal... Todos responden a la verdad. Y ninguno. Es algo que se sale de lo visto anteriormente.
Efectuamos la visita guiados por Marco, un guía oficial local que nos acompañó en un tour explicado muy minuciosamente. (Recomendamos a quien lo precise contactar con el en:  marcoacusco_peru@hotmail.com)
Delante de aquellos bloques de piedra, muchos de más de 30 toneladas y alguno que dobla ese peso, tratas de comprender como es posible que estén colocados encajando como si de las piezas de un puzzle se tratara: la línea de unión es perfecta, sin resquicios y sin material alguno de relleno. Fue Marco quien nos explicó una de las últimas teorías sobre el método utilizado por los constructores. Es muy curioso y aunque no deja de ser sorprendente, es viable. Nos hizo observar que muchas de las piedras de las hiladas superiores a la primera presentaban unos huecos tallados. Pues bien, parece que, una vez asentada la piedra de la hilada inferior, suspendían sobre ella con puntales de madera introducidos en los huecos mencionados otro bloque. Una vez asegurado éste, con un útil iban tallando la piedra inferior y la superior al mismo tiempo como si se tratara de un pantógrafo moderno, consiguiendo de este modo que las dos superficies fueran exactas. Posteriormente hacían descender el bloque superior sobre el inferior obteniendo la magnífica precisión que hoy podemos ver. Todo esto que he relatado en unas líneas, representa un trabajo ciclópeo, muy largo en el tiempo para asentar cada bloque, considerando además que algunos tienen hasta doce caras.
Saqsayhuaman es desde luego algo realmente digno de la mayor admiración.
El centro colonial de Cuzco es de una armonía tal que hace que, en mi opinión la plaza de Armas, por ejemplo,  sea una de las más bonitas plazas del mundo. Toda ella está rodeada de soportales excepto en las zonas ocupadas por la catedral y la iglesia de la Compañía de Jesús ofreciendo un conjunto magnífico. Deambulando por sus calles, muchas de ellas con soportales, pudimos apreciar las magníficas tallas de sus balcones de madera, extraordinariamente conservados, sus edificios religiosos, que aunque construidos tristemente  en muchos casos con piedras sacadas de Saqsayhuaman, no por ello dejan de ser  obras de una gran belleza y en un extraordinario estado de conservación.
Tras sopesar las distintas opciones que se presentaban para la visita a Machu Picchu, decidimos hacer con nuestro camión el recorrido hasta Ollantaytambo,  visitando las ruinas que se encuentran en el camino: Q'uenco, Puka Pukara, Tambomachay, Pisac y las de Ollantaytambo, continuando desde éste último en tren hasta Aguas Calientes en donde se toma un minibús que sube hasta las ruinas. A mi pesar, descartamos la opción de ir por la pista hasta la Hidroeléctrica a causa de que en Santa Teresa hay un puente insuficiente para nuestro camión y las opiniones sobre el estado del nivel del río para vadearlo eran extremadamente contradictorias. Con esta decisión, acudimos a una agencia que nos proporcionaría los billetes de tren y minibús ida y vuelta, las entradas al sitio y un tour guiado de dos horas y media.
De esta forma salimos por la mañana y fuimos realizando las visitas mencionadas. Cada uno de los lugares tiene su propio encanto. Ya al medio día llegamos a las ruinas de Pisac a las que dimos un tour completo y después de comer en sus proximidades situamos el camión en un rincón tranquilo del propio Pisac con la intención de pasar la noche a la espera del mercado del día siguiente que era domingo.
Un paseo vespertino por el pueblo nos llevó hasta la panadería que tiene un famoso horno de la época colonial aún en funcionamiento.
Dedicamos la mañana siguiente a recorrer el mercado y a asistir, en mi caso parcialmente, a la misa que se celebra todos los domingos cantada en Quechua.
Tras la comida salmos hacia Ollantaytambo, situándonos en un aparcamiento próximo a la estación de ferrocarril en la que deberíamos abordar el tren de Machu Picchu a las 6,40 de la mañana del día siguiente.
Todo salió perfectamente y a las nueve y media estábamos con el espléndido panorama de la Ciudad Perdida de los Incas a nuestros pies escuchando la interesante explicación de nuestro guía. Después del recorrido guiado hicimos un descanso para comer unos bocadillos regados a golpe de bota con un excelente vino argentino para recomenzar la visita, ahora por nuestra cuenta. La mañana había estado espléndida, pero después de comer se formaron varias tormentas que, sin embargo, no solo no impidieron nuestro paseo, sino que le dieron el fascinante toque de ver la evolución de la tempestad sobre las imponentes alturas que rodean el sitio.
He dejado para el final los comentarios sobre las ruinas porque en realidad no sé bien que decir.  Sentado en la parte alta con aquella maravilla a mis pies, traté de imaginar que fue  lo que pudo sentir Hiram Bingham cuando llegó al mismo sitio en el que yo estaba aquel día de Julio de 1911. Es difícil de imaginar pero tiene que ser una sensación indescriptible.
Hoy las ruinas se han reconstruido en un 10% dejando el resto simplemente limpio de maleza y raíces que lo iban destruyendo. Seguramente por ésta razón son realmente magníficas, ya que el estado general es muy bueno y deja ver como era la ciudad en el momento de su ocupación.
Según parece se trataba de un centro muy especial en el que se preparaba a los futuros dirigentes para desempeñar su tarea de gobierno. Por ello los lugares con connotaciones científicas como el observatorio astronómico con su monolito tallado que permitía tener información del tiempo, no atmosférico sino del momento del año en que se encontraban o los espejos de agua para una observación confortable de los astros y otros de índole ceremonial como altares y representaciones de sus deidades, el sol, la luna y de los elementos de la naturaleza con significado religioso como el cóndor, el puma o la serpiente, se encuentran por todas partes.
En resumen, con toda seguridad se trata de una de las más grandes visitas que se pueden realizar en este mundo.
Regresamos extremadamente cansados pero felizmente y un sueño reparador nos preparó para la siguiente jornada en la que comenzamos con las ruinas de Ollantaytambo y, de nuevo a bordo del camión, nos desplazamos para recorrer las de Moray y las salineras de Maras.
Hicimos noche en un precioso mirador sobre el Valle Sagrado cerca de Chinchero cuyas ruinas visitaríamos temprano la mañana siguiente como última actividad por la zona.

Creo que puedo decir que para nosotros dos, ésta ha sido la etapa más fascinante de nuestro viaje hasta éste momento.



Saqsayhuaman.









   Cuzco.



               Ruinas de Q'enqo                                                           Ruinas de Puka Pukara


   Ruinas de Tambomachay.


                                                              Ruinas de Pisac.






                                             Durante el mercado dominical en Pisac.


                                                En camino hacia Machu Picchu.









                                      Imágenes de Machu Picchu.

   Ruinas de Ollantaytambo.

   Ruinas de Moray.

 El Valle Sagrado desde el mirador de Chinchero.



            Ruinas y calles de Chinchero.


 Panorámica de Machu Picchu.