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domingo, 23 de febrero de 2014

18.- Salida de Santa Cruz por el camino antiguo y llegada a La Paz.


Desde San Javier tomamos rumbo de retorno a Santa Cruz que atravesamos sin mayores dificultades de orientación para tomar la carretera que llaman antigua de Cochabamba. Sabíamos que iba a tener dificultades entre otras razones por los 133 km sin asfaltar y nos lo tomamos con calma. Rodamos por un paisaje tropical y orográficamente suave hasta que nos aproximamos a la cordillera. Allí la carretera empeoró y se empinó de forma inverosímil para pasar de los 300 m de altitud hasta los casi 4000 de Samaipata. Esta es una localidad casi alpina situada en un entorno magnífico a la que llegamos con las últimas luces del día. Encontramos en el mismo pueblo un terreno plano y discreto en el que nos acomodamos para la noche. Al día siguiente la visita de la localidad se vio frustrada por la intensa lluvia que cayó incluso durante toda la noche, por lo que retomamos el camino. El tiempo fue mejorando y cuando llegamos al final del asfalto, a primera hora de la tarde el sol lucía aunque rodeado de amenazadoras tormentas. La pista no excesivamente mala aunque con bastante barro nos lleva en un constante subir y bajar hasta los 4000 m. Aprovechando una larga bajada que nos deja a 3.400 m encontramos un terreno a la orilla de un río  a la entrada de la localidad de Pujo en el que pasamos una tormentosa noche.
Amanece lloviendo de nuevo y retomamos el camino. Nos quedan aún 80 km de pista y su estado es algo peor. A media mañana y ya sobre buen asfalto encontramos un río en el que lavamos el camión y pasamos la hora de comer. De allí en algo más de una hora estamos cruzando Cochabamba, travesía que resultó terrible. Casi dos horas. A unos 50 Km de allí en un rincón de la carretera hicimos alto para la noche y al día siguiente a primera hora de la tarde estábamos entrando en La Paz. Esta ciudad es la definición más exacta del caos y en medio de atascos indescriptibles formados por miles (miles, ciertamente) de minibuses que dejaban y cogían pasajeros formando filas de su anchura exacta, por lo que el camión les molestaba al ser más ancho, conseguimos llegar al mirador que está en la parte alta de la ciudad. La vista del valle con un desnivel próximo a los 1.000 m es algo insólito y nos paramos a verla y hacer alguna foto. Allí encontramos un taxi libre que contratamos para que nos guiara hasta el hotel Overland situado en las afueras hacia el llamado valle de Luna y esta decisión fue un gran acierto. De ninguna manera hubiéramos llegado nosotros por nuestra cuenta.
¿Qué decir de La Paz? La primera impresión es muy difícil de describir en palabras. Cuando te asomas al mirador de la parte alta y ves el valle con sus rocas sobresaliendo entre las casas que se pegan a las faldas verticales del abismo en una extensión que la vista no abarca, te parece algo irreal o imposible. Después entras en ella y es tan viva, tan personal, tan original, que rápidamente te atrapa. Paseando por sus calles con pendientes terribles te cruzas con las mujeres ataviadas con la faldas de mil colores y sus sombreros hongo, recorres sus mercados que exhiben productos tan fuera de lo común como los fetos de llama disecados que son una ofrenda a la Pacha Mama (la madre tierra), los talleres de instrumentos musicales, etc. y por difícil que sea de comprender, todo ello es un conjunto armonioso. Nada se distingue por estridente, todo encaja en el día a día de ésta singular ciudad.

Los recorridos que hicimos nos dejaron exhaustos, no en vano subimos y bajamos y volvimos a subir y siempre en una cota media de 3.500 metros, pero al final cuando ya buscábamos el taxi que nos devolvería a casa nos confesamos mutuamente que nos daba pena marchar.


Esta fue la tónica general de los caminos de esta etapa.




Imágenes tomadas durante el recorrido por la carretera vieja de Santa Cruz a Cochabamba. Un ambiente muy auténtico.


 Paramos en un pueblo y coincidimos con la salida del Registro de estos novios que acababan de casarse.

 Samaipata. La visita, deslucida por las tormentas.



La Paz. Esta fue la primera vista de la ciudad que tuvimos.
 Plaza Murillo y la catedral.

 Panorámica de un barrio. El desnivel supera los 800 m.

 Iglesia de san Francisco.








1 comentario:

Jokin dijo...

Hola pareja de dos :
Llevo unos días atareado , como si me habría jubilado vaya , y no he tenido tiempo de comentar tus reportajes y fotos . Todo muy interesante , veo que tienes dotes de reportero . Bonitas fotos de paisajes encantadores y pistas , de las que nos gustan .
Envidia de la mala , que me corroe , eso es lo que tengo .
Supongo que llegando a Perú , os vendréis a dar una vuelta ¿ no ? .
Mis dichosas ruedas de 20" del MAN , han vuelto a Madrid , las llantas quiero decir , pues tenían un salto importante , y vibraban , al frenar .
Me alegro de que todo se vaya poniendo en orden , y por aquí , al revés , políticamente , cada vez peor . Patxiiiiiiiiiiiiiiiii , vuelveeeeeeeee . ..
👋👋👋👋👋👋.