Nuestro siguiente alto fue en Valladolid, una bonita ciudad colonial en la
que pasamos un día y una noche en un parking a una cuadra del Zoco o plaza
central por gentileza de la Policía Municipal que permitió excepcionalmente
nuestro paso por todo el centro y el estacionamiento gratis en el mencionado
parking.
Paseos, visita del exterior del convento de San Bernardino de Siena, un
espectáculo callejero de baile folclórico en el zoco, algunas compras y paso
por la lavandería ocuparon el tiempo.
Por la mañana nos desplazamos a un cenote en las proximidades para visitar
uno a cielo abierto. Se trataba del cenote Oxman y también resultó una
fantástica jornada en un entorno muy bien acondicionado para el baño y con un
buen restaurante en el que te descuentan de la factura el costo de la visita al
cenote.
Fantástico baño en las transparentes aguas, bonitas fotos y una buena
comida.
Desde allí salimos hacia las ruinas de Chichén Itzá que íbamos a visitar en
una visita especial que existe desde las 17 a las 18 horas únicamente de la
plaza central con la gran pirámide, a un costo muy alto, pero no comparable al
de la visita completa que para extranjeros era de 28 € por persona, verdaderamente
escandaloso, considerando además que hay una visita nocturna con otro precio
adicional en torno a los 25 € y un aviso que dice textualmente: “Niños
extranjeros de más de tres años pagan billete”. Inconcebible.
Llegamos con bastante tiempo y entramos para hacer el recorrido durante el
que pudimos hacer trampa y extender nuestra visita más allá de los límites
establecidos. Dado lo ya visto en otros enclaves y lo que aun nos resta por
visitar en México, creemos que fue suficiente.
La gran pirámide es, sin duda la mejor de todas las ruinas Mayas de Yucatán por su estado de conservación y su
magnificas proporciones. Llegamos cuando la primera luna llena del 2020 hacía
su aparición por el este dando un interés adicional al la visión.
Valladolid:
Bonitas placas con apellidos españoles señalan las casas. ¡Cosgaya! Nos invadió la nostalgia de un buen chuletón en el Mesón del Oso de la localidad cántabra homónima.
Cenote Oxman:
Chichén Itzá:
L
La gran escalera flanqueada por las cabezas de serpiente. Los días de solsticio se puede apreciar, debido a las sobras proyectadas por las esquinas de la pirámide, que el cuerpo ondulante de la serpiente desciende desde lo alto de la construcción.
Según la leyenda la pirámide transmite energía:
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